domingo, 25 de diciembre de 2016

Resumen de “Los dioses de cada hombre” de Jean Shinoda Bolen - Prólogo

PRÓLOGO

Las mujeres han servido de intérpretes de las vidas interiores de los hombres porque éstos a menudo comparten con ellas lo que no suelen compartir entre ellos. Algunos hombres dicen que quieren evitar los sentimientos competitivos y las consecuencias que temen que podrían surgir en ellos mismos o en un terapeuta de su mismo sexo.
A veces una mujer importante puede desempeñar un papel significativo como “portadora de un sueño” en la vida de un hombre de éxito, como el psicólogo Daniel Levinson observó en su libro The Seasons of a Man’s Life. Levinson escribió:
“La mujer especial es como el verdadero mentor: su cualidad especial reside en su conexión con el Sueño de un hombre joven. Ayuda a dar vida a esa parte del sí-mismo que contiene el Sueño. Facilita su entrada en el mundo adulto y su búsqueda del Sueño. Lo hace mediante su propio esfuerzo como maestra, guía, anfitriona, crítica y benefactora. En el plano psicológico más profundo le permite proyectar en ella su propia figura femenina interna –el “anima”, tal como lo ha descrito Jung– que genera y apoya sus heroicos esfuerzos”.
El McGill Report on Male Intimacy atestigua:
“El patrón más habitual de amistad es que un hombre tenga muchos “amigos”, de los cuales cada uno de ellos sabe algo del sí-mismo público de su amigo, pero poco sobre cómo es en realidad, y ninguno de ellos conoce algo más que una pequeña fracción de la totalidad”.
También, según Jean Baker Miller señaló en Toward a New Psychology of Women, siempre que haya un grupo superior e inferior (hombre, mujer; blanco, negro; empresarios, ricos; sirvientes, pobres), el grupo con menos poder estudia al otro por necesidad y conoce más respecto al mismo que a la inversa. Debido a esto, así como a la naturaleza de entregarse a los demás de la mayoría de mujeres, éstas siempre han sido atentas observadoras de los hombres.


La visión binocular de la psicología

Los dioses de cada hombre ofrece una “visión binocular” de la psicología, una perspectiva profunda que tiene en cuenta tanto los poderosos arquetipos internos como los estereotipos de la conformidad-exigencia, en un intento de comprender dónde residen nuestros conflictos y de qué modo podemos alcanzar mejor la plenitud.
También es esencial el entendimiento de lo que el movimiento de las mujeres denominó “despertar de la conciencia”. En las dos últimas décadas hemos aprendido cómo los estereotipos pueden distorsionar y limitar el potencial humano, sobre todo el de las mujeres. Los valores y creencias de las personas están modelados por la cultura, que se refleja en nuestras leyes y costumbres, lo cual afecta a la distribución del poder y a cómo se determinan la valía y la posición social. En una sociedad patriarcal las mujeres no están muy favorecidas. Pero los estereotipos masculinos también tienen poder sobre los propios hombres, puesto que limitan su forma de ser natural, recompensando algunas cualidades y rechazando otras.


Los dioses y las diosas en cada persona

Los dioses y las diosas representan diferentes cualidades de la psique humana. El panteón de las deidades griegas, masculinas y femeninas, existe íntegramente en nuestro interior en forma de arquetipos, aunque en general los dioses sean los determinantes más fuertes y con más influencia en la personalidad del hombre, como las diosas lo son en la de la mujer.
Todo arquetipo se asocia a un don “otorgado por un dios o diosa” y a conflictos potenciales. Al darnos cuenta de esto la arrogancia y el sentimiento de culpabilidad son menos probables. Y debido a que todo lo que hacemos que surge de nuestras profundidades arquetípicas tiene sentido para nosotros, un hombre que sepa “qué dios” o “dioses” actúan en él puede ser capaz de conocer qué opciones o caminos es probable que le resulten más satisfactorios.
Conocer los diferentes dioses en cada hombre también es importante para las mujeres, muchas de las cuales ponen mucho esfuerzo en intentar comprender a los hombres (en general, un sólo hombre cada vez). Los dioses de cada hombre puede decirles que han sido atraídas por un dios o arquetipo en una serie de hombres; y este “dios” no es compatible con lo que ellas esperan, lo cual explica por qué sus relaciones siempre acaban mal. Entender a los dioses y sus mitos puede proporcionar una imagen objetiva del padre.

Hay dioses y diosas en todas las personas. A través de ellos podemos descifrar ese momento de inspiración cuando algo que sabemos intuitivamente respecto a nosotros mismos produce una imagen clara y se manifiesta en palabras. Del mismo modo que cuando nos miramos en un espejo y vemos nuestros rasgos por primera vez, la impresión que recibimos puede revelarnos eso a lo que los demás reaccionan cuando nos ven y mostrarnos a nosotros mismos con mayor claridad.

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